Streptococcus iniae es un organismo patógeno de origen bacteriano, caracterizado principalmente por ser cocos Gram (+), β-Hemolíticos, no agrupable en el sistema Lancefield, cuyo ciclo de vida se encuentra fuertemente asociado a animales presentes en ecosistemas acuáticos. S. iniae se identificó como patógeno en los sistemas acuícolas desde 1976 cuando se aisló por primera vez de la piel de delfines amazónicos que se encontraban en cautiverio, desde entonces se han aislado e identificado como los causantes de brotes epidémicos con altas mortalidades, perdidas productivas y económicas a nivel global, en especial en complejos industriales de cultivos de peces miembros de los cíclidos como la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss) y la tilapia (Oreochromis spp) en los que las condiciones ambientales y de calidad del agua juegan un rol fundamental para la salud de los sistemas.
La patogénesis de la enfermedad causada por S. iniae no está completamente comprendida, pero existen sugerencias que la refieren como resultado de un proceso de múltiples pasos empezando por la exposición y colonización de los tejidos externos o gastrointestinales, seguido por una diseminación local y la subsecuente invasión del torrente sanguíneo; aunque no todos los individuos infectados con S. iniae evidencian síntomas los más comunes incluyen signos externos como letargia, nado errático, anorexia, meningitis, exoftalmia, hemorragias cutáneas difusas con prevalencia en la región cefálica y caudal, en el análisis histológico se pueden evidenciar un cuadro septicémico con marcada infiltración celular inflamatoria con presencia abundante de cocos en la mayoría de tejidos.
En gran proporción las infecciones de naturaleza bacteriana en organismos acuáticos involucran diversos microorganismos oportunistas por lo que es común observar procesos de co-infección que involucran otros agentes caracterizados en infecciones acuícolas. Su identificación puede ser por metodologías clásicas como el cultivo microbiológico que puede arrojar resultados de identificación y caracterización en el transcurso de una a dos semanas o a partir de herramientas moleculares como la PCR, la qPCR o el secuenciamiento que pueden otorgar resultados en cuestión de horas.