Streptococcus agalactiae es un organismo patógeno bacteriano Gram (+), caracterizado principalmente por ser ß-hemolítico del grupo b (EGB), catalasa y oxidasa negativo, anaerobio facultativo, caracterizado por presentar en su pared el grupo B de antígenos del sistema de Lancefield. Existen múltiples reportes de infecciones en humanos, mamíferos y peces, causando enfermedades como la sepsis neonatal, mastitis o meningoencefalitis. Estas bacterias han sido aisladas en brotes epidémicos con altas mortalidades en peces marinos y dulceacuícolas en estado silvestre y en cultivo por lo que se han identificado como los causales de altas pérdidas productivas y económicas en sistemas de acuicultura de aguas cálidas donde las condiciones ambientales y de calidad del agua juegan un rol crítico en la aparición de brotes infecciosos bacterianos.
En grandes sistemas de cultivo de especies de tilapia (Oreochromis spp.) a nivel global se ha identificado a S. agalactia como un agente patógeno común, causando altas mortalidades por la infección, la cual se caracteriza por cambios patológicos macroscópicos como opacidad corneal, exoftalmia, decoloración cutánea consistente con una inflamación aguda con congestión de los órganos internos particularmente el hígado, los riñones y el bazo, otros signos macroscópicos de infección incluyen la suavización del tejido cerebral con acumulación ocasional de fluido en la cavidad abdominal. A nivel microscópico en la evaluación de los tejidos se evidencia que el revestimiento celular de los vasos sanguíneos principales se encuentra inflamado y vacuolado, con trombosis con infarto de los tejidos circulantes, en especial el riñón con nefritis intersticial extensiva e hígado donde se pueden observar severamente congestivo y hemorrágico.
La virulencia y transmisión de S. agalactia en peces aún es pobremente entendida, el contacto directo entre peces enfermos y saludables y el contacto indirecto mediado por el agua en sistemas de cultivo parece ser la principal ruta de transmisión, por lo que su rápida detección e identificación es una de la mejores herramientas para tomar medidas profilácticas que disminuyan la diseminación de este agente, las herramientas de identificación incluyen metodologías clásicas como el cultivo microbiológico que puede arrojar resultados de identificación y caracterización en el transcurso de una a dos semanas o a partir de herramientas moleculares como la PCR, la qPCR o el secuenciamiento que pueden otorgar resultados en cuestión de horas.